Nadie nace odiando a otra persona por el color de su piel o su origen, o su religión. La gente tiene que aprender a odiar y si ellos pueden aprender a odiar, también se les puede enseñar a amar, el amor llega más naturalmente al corazón humano que su opuesto, Nelson Mandela.
En primer lugar, trata de resolver el problema directamente con la otra parte involucrada. Cálmate, trata de resolver el asunto de manera informal mediante una comunicación asertiva y efectiva.
Si no funciona, pide ayuda, busca a alguien que pueda mediar entre las dos partes y ayudar a resolver el conflicto, por ejemplo, amigos, compañeros de trabajo, el director o jefe de estudio, maestros, etc.
Si ambas estrategias fallan, debes saber que la ley te ampara:
Toda persona tiene los derechos y libertades proclamados en esta Declaración, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición, Declaración Universal de los Derechos Humanos.
Busca información y apoyo para defender tus derechos, por ejemplo, en España en el Consejo para la Promoción de la Igualdad de Trato y No Discriminación y en su Red de centros de asistencia a víctimas de discriminación.
Por último y solo cuando se hayan agotado todas las demás posibilidades, presenta una demanda en un tribunal. Deberás reunir toda la información, así como, pruebas suficientes antes de hacer una queja por escrito. ¡Asegúrate de que realmente has sido víctima de discriminación!
Respira profundo, date tiempo para calmarte, mira la situación desde una perspectiva menos emocional, sustitúyela por otra más global y racional. ¿Has sido realmente discriminado? ¿Has sacado conclusiones o juzgado prematuramente a alguien y luego descubriste que estabas equivocado?
¡Cuidado! Pondera y comprende que probablemente habrá consecuencias negativas si denuncias la discriminación y, por consiguiente, debes evaluar estos riesgos antes de tomar cualquier acción legal. Y, sin embargo, si sufres discriminación, no te calles, no permitas que nadie viole tus derechos y abuse de ti. Denuncia los hechos, aprende a defenderte asertivamente y a buscar apoyos.